Vivimos en un mundo con mentalidad de escasez

Esta semana estuve leyendo a una de mis autoras favoritas @brenebrown en su libro “Daring Greatly”. Me encanta esta autora porque investiga sobre la vulnerabilidad, la culpa y el valor para transformar nuestras vidas a través de atrevernos a vivir plenamente.

Me impactó mucho el tema de la escasez. ¿No se han dado cuenta que vivimos en una perpetua mentalidad de escasez? Siempre estamos pensando que no tenemos o hacemos lo suficiente. Y lo podemos ver en todas las áreas de nuestras vidas. Puedes llenar el espacio de la siguiente frase, con la palabra que más te funcione o con la que más te conectes:

No soy lo suficientemente ---------------------- (buena, rica, talentosa, inteligente, flaca, poderosa, exitosa, segura, extraordinaria, musculosa). La lista puede ser interminable.

Nos comparamos todo el tiempo con los demás y asumimos que otros tienen más que yo, están más contentos, viven más felices, tienen mejores relaciones con su pareja, son más flacos, tienen más tiempo para hacer lo que les gusta, más dinero, etc. Y lo único que volteamos a ver en nosotros mismos es la carencia, es la falta de todo lo que pensamos que no tenemos.

Desde que nos despertamos en la mañana, no dormimos lo suficiente o no nos va a alcanzar el día para hacer TODO lo que tenemos que hacer. En la noche nos vamos a dormir y no cumplimos con la lista de pendientes que nos propusimos hacer durante el día.

Mi sensación ahorita es por ejemplo, que cuando decidimos ponernos a dieta o cuando damos dietas y restringimos nuestra forma de comer o la de nuestros pacientes/clientes, lo único que estamos haciendo es perpetuando esta cultura de carencia. Entramos más profundamente en la cultura de la carencia, de la escasez y eso nos lleva a seguir perpetuando esta idea de que no tenemos lo suficiente o no somos lo suficiente. Por lo tanto, queremos buscar maneras de “llenar esa carencia”.

Cada uno tenemos diferentes maneras de intentar llenar esos vacíos. Probablemente la comida sea una de ellas para ti, o el ejercicio excesivo. Un ejercicio interesante sería el de escribir una lista de las maneras en que me siento carente en mi vida. Acompañada de una columna de las formas en que intento llenar estas supuestas carencias en mi vida.

Enseñemos a comer sanamente y a disfrutar la comida saludable, no a contar calorías, ni a sentir la carencia de tener que dejar de comer para poder lograr ser de una forma porque “soy carente”.

No permitas que la cultura de la escasez te haga buscar formas inalcanzables de perfección que no se llenan, ni con comida, ni con dietas, ni con cirugías, ni con ejercicio, ni con botox, ni con ……. De nuevo, completa la frase con lo que sea que sea tu forma de llenar el vacío.

La vida es abundante. Agradece lo que tienes y conéctate con tu abundancia.

#nosseguimosnutriendo

Claudia Hunot PhD